Mi filosofía de trabajo se basa en la creencia fundamental de que el sueño es un pilar esencial para la salud física y mental. Considero que cada individuo es único, por lo que mi enfoque terapéutico se adapta a las necesidades específicas de cada paciente, promoviendo un ambiente de confianza y empatía. A través de un proceso colaborativo, busco empoderar a mis pacientes para que comprendan y transformen sus patrones de sueño, mejorando así su calidad de vida.

Utilizo el enfoque cognitivo-conductual (TCC) como herramienta principal para abordar los trastornos del sueño. Esta metodología se centra en identificar y modificar los pensamientos y comportamientos disfuncionales que afectan la capacidad de dormir. A través de técnicas específicas, como la terapia de control estimular, terapia de restricción de sueño, psicoeducación en higiene del sueño, se abarcan mediante técnicas de reestructuración cognitiva ayudando a mis pacientes a: